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Paula Sánchez: “Estos niños tienen unas carencias bastantes importantes”

 

Paula Sánchez es una estudiante de magisterio que tras la cuarentena trabajó de profesora particular y ahora está en un colegio de Santurce como profesora en prácticas en un aula de 3 años.

Ella estuvo trabajando durante el verano como profesora de refuerzo para niños de primaria. Les ayudó sobre todo con el euskera, ya que había un gran número de familias preocupadas porque sus hijos “llevaban muchos meses sin ir al cole y  la mayoría de padres no saben euskera”, explicó Paula Sánchez. 

Estas clases se hacían en casa de los alumnos. Por lo tanto, ella si llevaba mascarilla pero los niños no, ya que en esa época no era obligatorio el uso de mascarilla.“Hacer trabajar a niños tan pequeños en verano era difícil y con mascarilla más". "Además como teníamos que practicar el habla me quitaba la mascarilla.”

 

A día de hoy, se encuentra trabajando de prácticas en un aula de 3 años de Infantil y  se dio cuenta que la cuarentena les había afectado bastante, ya que mencionó que: “estos niños tienen unas carencias bastantes importantes, les cuesta mucho la interacción, hay niños que no es que peguen, es que no saben medir su fuerza. Van a abrazarte y te tiran al suelo". "Son como cachorros jugando que tienen que aprender a no pegar a su amigo". También destacó que por ejemplo, para ir al baño o a la hora de pedir algo, en vez de hablar lloran y señalan lo qué quieren.

 

Dada la naturaleza de este colegio, los niños tiene muchas medidas de seguridad, los profesores tienen que llevar ropa de calle y otra para utilizar en la clase, y cada vez que hay un contacto directo lavarse las manos. Protocolo por el cual ahora Paula sufre dermatitis. Los niños deben llevar unos zapatos para usar exclusivamente en el colegio y una botella de agua individual para cada niño. "Gracias a estas medidas, todavía no ha habido ningún caso en el aula", añadió Paula, orgullosa del trabajo que están realizando tanto ellas como sus compañeras.

Juana María Albizu es profesora en el colegio Santa Maria de Portugalete y es tanto tutora de una clase de primero como coordinadora de primer ciclo de primaria.

Ella se encontraba en el equipo directivo cuando ocurrió la primera ola, cuando se tuvo que coordinar la entrega de libros a las familias e impartir las clases online a los niños de primaria. “Dimos clase de manera virtual, enviábamos semanalmente trabajo a las familias a través de correo electrónico, les proporcionamos los libros en PDF, todos los temarios los grabábamos personalmente los profesores con las explicaciones y luego nos conectamos con ellos al Meet dos veces a la semana, explicó Juana María.

Juana María Albizu “A nivel social creo que hemos perdido mucho”


 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ahora, los niños han vuelto a las aulas pero bajo medidas de seguridad necesarias para la situación. Los alumnos no se pueden quitar la mascarilla en ningún momento, excepto diez minutos mientras se comen el hamaiketako en clase sin poder levantarse. Además, cada vez que hay un desplazamiento se les da hidrogel y aparte, tienen que llevar un gel independiente para que lo usen cuando lo vean oportuno. No pueden compartir en cualquier momento material escolar y los niños llevan semanalmente el estuche a casa para ver si les falta algo.

 

Las reuniones con las familias son todas telemáticas, y en el caso de que un niño esté confirmado como positivo, la profesora explicó que: "tenemos que preparar todo el material de refuerzo  para que pueda seguir las clases". Estas medidas son para todo lo que queda de curso y seguramente también el siguiente.

Consecuencias del confinamiento

 

Según la entrevistada, la cuarentena ha hecho perder mucho a los niños, sobre todo a nivel social, donde han perdido las maneras de mostrar afecto y toda parte del trabajo cooperativo. En cuanto a la parte académica, también ha habido muchos problemas. “Dependiendo de la  familia, era más fácil que un niño dispusiera de un ordenador o una tablet para poder trabajar, ahí se ven las diferencias sociales", explicó Juana María. Hubo algunas familias que por no tener un soporte tecnológico, a pesar de que el Gobierno Vasco dijera que las familias desfavorecidas iban a tener un soporte tecnológico, "no se dio el caso en mi centro", aseguró indignada la profesora. A pesar de que los padres intentaran enseñarles de la mejor manera posible no han podido evolucionar de manera adecuada. "Se nota mucho a nivel euskera, ya que muchos padres no lo hablan” coincidió la profesora con la opinión de Paula.

Todos sabemos que la educación ha sido un sector muy golpeado por la pandemia. No lo ha sido tanto en el aspecto económico, sino en la manera de concebirlo. Los alumnos han pasado de estar en grandes aulas llenas, a estar solos aprendiendo desde sus casas, o incluso a estar en aulas herméticas donde hay protocolos para todo. Ahora se vive en la incertidumbre de cuánto tiempo tendrá que pasar para volver a dar clases como antes.

Por el momento, maestras y maestros han tenido que adaptarse de la mejor manera posible. Paula Sánchez, estudiante de magisterio y Juana Maria Albizu, profesora y coordinadora del colegio Santa María de Portugalete, se han animado a contarnos como se han arreglado durante estos meses.

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